Jesucristo (YAHU'SHUA) pecó y fue Atormentado en el Infierno - ¿Es Bíblico?

En este estudio estaremos evaluando un tema que se ha enseñado en muchas iglesias alrededor del mundo y muchos predicadores reconocidos han predicado y enseñado de que Jesucristo murió espiritualmente en la cruz, y que fue atormentado por  Satanás y los demonios por los tres días que él estuvo en el corazón de la tierra y tomo la naturaleza de Satanás en la cruz.

Hablemos sobre la muerte espiritual de Jesucristo.

Primeramente, debemos hacer una diferencia entre llevar todos los pecado de toda la humanidad (voluntariamente) y el de cometer pecado. Sí, Jesucristo fue un pecador, quiere decir que el peco ante Dios el Padre, y si esto hubiera sido cierto, su sacrificio no hubiera sido aceptado por Dios. Y su muerte no hubiera sido expiatoria, y menos podría redimir a los hombres del pecado, en otras palabras Jesucristo era el cordero puro, sin defecto, definitivamente nunca pecó.

Jesucristo llevo el pecado de toda la humanidad pero él no pecó. Solamente los que mueren espiritualmente son los que han pecado, han cometido el acto del pecado. Por eso fue que Jesucristo nació de una mujer virgen para que la raíz del pecado no estuviera en su cuerpo físico. María no tuvo relación intima con José para que Jesús tuviera cuerpo físico, como leamos Lc 1:35 - "Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. ", en otras palabras fue obra del Espíritu Santo.

El Arrebatamiento Prometido Por Jesucristo

El Verbo “arrebatar” en su Segunda aceptación significa; llevar tras si con fuerza irresistible. Equivale al vocablo griego "arpázo αρπαζω" traducido es arrebatados, o raptar como dice en 1 Tesalonicenses 4:17. Este acontecimiento descrito en este pasaje es el arrebatamiento de la iglesia de la tierra para reunirse con el Señor en el aire y solo incluye a los fieles que se han guardado para el Señor.

En el momento del arrebatamiento suceden dos sucesos importantes.

1. Los muertos en Cristo resucitaran primero.

2. Los que vivimos seremos arrebatados juntamente con ellos.

1 Tesalonicenses 4: 16-17 "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."

Conversión y Regeneración

Conversión,

Veamos la conversión de un pecador a Dios (Hechos 15:3); En sentido general los paganos se dice que son "convertidos" cuando abandonan el paganismo y abrazan la fe cristiana. Por otro lado en los hombres que aceptan a Jesucristo como Salvador, tiene un sentido más especial cuando se convierten, por la influencia de la gracia divina en el alma, toda su vida ha cambiado, las cosas viejas pasarón, y se convierten en nuevas todas las cosas (Hechos 26:18). Así, se habla de la conversión del carcelero de Filipos (16:19-34), de Pablo (9:1-22), del tesorero etíope (8:26-40), de Cornelio (10), de Lidia (16 :13-15), y otros...

Regeneración

Esta palabra se encuentra sólo en Mateo. 19:28 y Tito 3:5. Esta palabra significa literalmente un "nuevo nacimiento". En Mat. 19:28 la palabra es equivalente a la "restitución de todas las cosas" (Hechos 3:21). En Tito 3:5, denota que el cambio de corazón en otra parte habla de como un paso de la muerte a la vida (1 Juan 3:14); convertirse en una nueva criatura en Cristo Jesús (2 Cor. 5:17), nacer de nuevo (Juan 3:5), una renovación de la mente (Romanos 12:2), una resurrección de los muertos (Ef. 2:6); un ser acelerado (2:1, 5).

Este cambio se atribuye al Espíritu Santo. No se origina con el hombre, sino con Dios (Juan 1:12-13; 1 Juan 2:29; 5:1, 4). En cuanto a la naturaleza del cambio, consiste en la implantación de un nuevo principio o disposición en el alma, la impartición de la vida espiritual a aquellos que son por naturaleza "muertos en vuestros delitos y pecados."

Por su naturaleza, la regeneración es una obra de Dios y los aspectos de su veracidad se declaran en muchos pasajes (Jn. 1:13; 3:3-7; 5:21; Ro. 6:13; 2 Co. 5:17; Ef. 2:5, 10; 4:24; Tit. 3:5; Stg. 1:18; 1 P. 2:9). De acuerdo a Juan 1:13, «no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios». En muchos pasajes se le compara a la resurrección espiritual (Jn. 5:21; Ro. 6:13; Ef. 2:5). También se le compara a la creación, por cuanto es un acto creativo de Dios (2 Co. 5:17; Ef. 2:10; 4:24).

La necesidad de tal cambio es enfáticamente afirmado en la Escritura (Juan 3:3; Rom. 7:18; 8:7-9; 1 Cor. 2:14; Efe. 2:1; 4:21-24)