SALVADOS DE LA PRESENCIA DEL PECADO Y JUICIO - SEGUNDA II: PASARA LA IGLESIA POR LA GRAN TRIBULACION
El único remedio para hacerle frente al poder de la maldad es el Espíritu Santo quien viene en nuestro auxilio y llego a nuestra vidas como producto de la salvación conseguida para nosotros por el Mesías. Gracias al Consolador, y Ayudador, tenemos ahora en nuestras vidas la fuerza espiritual y sobrenatural para vencer la maldad, la tentación, el pecado y al mismo Satanás, que se ven impotentes ante la presencia de Dios en nuestras vidas.
Pablo experimento en su propia vida el poder transformador del Espíritu Santo, quien le ayudo a vencer sus propias debilidades, errores, faltas y además le permitió imponerse con victoria sobre todas las fuerzas del mal, comenzando por el mismo impulso a pecar que quedo amordazado debido al poder del espíritu de Dios.
3. SALVADOS DE LA PRESENCIA DEL PECADO Y JUICIO: Tenemos otro problema crucial para los que amamos a Dios. Este mundo inevitablemente nos acosa con su maldad. Uno quisiera vivir ya en el cielo a fin de no presenciar y percibir tantas calaminares, mas aun las que están por ocurrir y fueron anunciadas por los profetas de Dios. Una de las formas que el cristiano sale de este mundo de inmoralidad es que el Señor lo llame a su presencia y parta atreves de la muerte. Pero que de aquellos que aun viven y desena escapar de este mundo corrompido y ya no quieren pecar nunca más ni presenciar el aumento de la maldad. Les restaría esperar la muerte? NO.
Como vivimos, en los momentos previos a un tiempo de castigo, el Señor piensa primero en los justos, en aquellos que están vivos esperando su protección y salvación de la calamidad que se avecina. Por tanto el Señor opta por hacer lo más práctico, recoger en vida a los suyos y sacarlos del lugar de peligro, para luego arrasar con los impíos que habitan el planeta tierra.
3. SALVADOS DE LA PRESENCIA DEL PECADO Y JUICIO: Tenemos otro problema crucial para los que amamos a Dios. Este mundo inevitablemente nos acosa con su maldad. Uno quisiera vivir ya en el cielo a fin de no presenciar y percibir tantas calaminares, mas aun las que están por ocurrir y fueron anunciadas por los profetas de Dios. Una de las formas que el cristiano sale de este mundo de inmoralidad es que el Señor lo llame a su presencia y parta atreves de la muerte. Pero que de aquellos que aun viven y desena escapar de este mundo corrompido y ya no quieren pecar nunca más ni presenciar el aumento de la maldad. Les restaría esperar la muerte? NO.
Como vivimos, en los momentos previos a un tiempo de castigo, el Señor piensa primero en los justos, en aquellos que están vivos esperando su protección y salvación de la calamidad que se avecina. Por tanto el Señor opta por hacer lo más práctico, recoger en vida a los suyos y sacarlos del lugar de peligro, para luego arrasar con los impíos que habitan el planeta tierra.